viernes, 25 de julio de 2014

Semana 2: No es país para marcas

Domingo 20 de julio, 6:58 de la mañana, el himno mexicano suena y a mi alrededor, los corredores cantan henchidos de patriotismo. "Mexicanos al grito de guerra / el acero aprestad y el bridón / y retiemble en sus centros la tierra / al sonoro rugir del cañón..." Quedan dos minutos para el inicio de los 10 k del circuito Bimbo y hace poco que ha amanecido. Aquí las carreras son temprano. Tanto que llevo desde las 5 de la mañana en planta.

Entrando en meta en la media maratón del DF de 2010
Se trata de mi primera carrera en México después de cuatro años. En esta ciudad, en el DF, debuté ese año de 2010 en la distancia de Medio Maratón (el tiempo fue de en torno 1h 44' si no recuerdo mal) escapando un fin de semana de mi trabajo como periodista en Córdoba (Veracruz). En este país empecé a entrenar y a darme cuenta de que correr es mucho más que poner un pie delante de otro. Ahora volvía a las andadas para enfrentarme a 10 kilómetros sobre los que no sabía nada.

"¿Sabes si hay alguna zona de subida en la carrera?" Pregunto al corredor de al lado poco antes de que el himno nacional enardeciera los corazones. "En el km 5 un poco, pero es prácticamente llana", me responde usando otras palabras de tono más mexicano. Estoy situado en la quinta o sexta fila y tras el himno nacional la cuenta atrás nos pone a todos en guardia. La salida es limpia, con algún toquecito, y dejo ir a los de delante, que calculo pasan el primer kilómetro a un ritmo cercano a los 3 minutos. Yo lo paso en 3'20'', como siempre más rápido que el ritmo planeado, y poco a poco voy bajando la velocidad hacia un paso más sostenible.

Entrando en meta junto a corredores del 5 k
Voy con la idea de que los 2.400 metros de altitud no me van a permitir ir a los ritmos acostumbrados, y un compañero corredor, Michael Mathius, me avisa de que cuando corrió aquí su marca fue cinco minutos superior a la normal. Con esa referencia, y con el objetivo de hacer un entreno de calidad para el Maratón de Berlín, busco dar lo mejor de mí. Avanzan los kilómetros, la temperatura es fresca, perfecta para correr, el circuito es bastante llano pero... los kilómetros no salen como debieran. Durante un par de kilómetros recorremos una incómoda zona de adoquines dentro del parque Chapultepec y sigo la estela de la tercera chica. A falta de un kilómetro rebaso a otro corredor que para a atarse los cordones. Enfilo los últimos 500 metros y veo que trata de pasarme, así que acelero evitando que me adelante y llego a meta en 39'08'' tiempo chip, puesto 40 de la general y 18 de mi categoría de un total de 3.500 corredores. Una marca de otra época, la peor en los últimos dos años, tres minutos por encima de mi mejor marca en Madrid (a 600 metros de altitud) y cuatro arriba de la mejor que he hecho a nivel de mar. La altitud pega y de que modo.

Esta primera semana en México DF, segunda del plan, empezó con fiebre y acaba con 51 kilómetros, cifra que irá aumentando progresivamente en las próximas semanas, previsiblemente con mayor facilidad tras mi llegada a España este domingo. Los entrenos transcurrieron entre Ciudad Universitaria, una zona de asfalto junto a la UNAM con algunos toboganes que a la espera de que comiencen las clases permanece prácticamente vacía, el bosque de Chapultepec, donde probé un popular circuito de 2 kilómetros conocido como El Sope, y sobre todo en el bosque de Tlalpan, donde el ambiente de corredores es impresionante y es tradición al acabar tomarse un 'jugo' natural en uno de sus puestos. Parte de estos entrenos los he llevado a cabo con Gerardo, el padre de mi pareja, Liliana, también corredor habitual y gran consejero en las conversaciones que acompañan los largos trayectos en coche hasta el lugar de entreno. Y es que en DF las distancias son enormes y tardar una hora en llegar de un sitio a otro es algo habitual.

Esta semana, la última en México, estará marcada por mi participación el domingo en la Media Maratón de Ciudad de México, una forma más de probarme y acumular kilómetros de cara a Berlín. Otro madrugón en una jornada que se presume dura no solo por la carrera, sino porque ese mismo día por la tarde me tocará tomar el avión de vuelta a España. Dejaré así un país que no es para marcas, pero al que guardo mucho cariño y seguro volveré.

En Córdoba (Veracruz), pocas semanas después de llegar a México en 2010


2 comentarios:

  1. Muy buena marca para la altitud, carrerón. Mucha suerte para la media y feliz viaje de regreso "a casa". Gracias por la mención, jajaja, yo la casqué por un repecho en Los Pinos allá por el 2004....jajajaja.

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  2. Nos ha fastidiado que la altitud se nota, me acuerdo el año pasado en el veleta arriba del todo, había veces que me reía yo solo por no llorar.
    es un buen crono, lejos de tus registros habituales, pero buen crono teniendo en cuenta donde ha sido, esto es como correr el maratón de Madrid, no vale lo mismo un 3:30 en valencia que en Madrid.
    me alegra verte bien y con ganas.
    un fuerte abrazo Alvarito.

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