jueves, 29 de diciembre de 2011

San Silvestre y... Maratón


La nueva parada maratoniana ya tiene ciudad y fecha. La cita será en Madrid el próximo 22 de abril. El MAPOMA, rebautizado este año como Rock 'n' Roll Marathon de Madrid merced a la nueva empresa organizadora, ha sido el maratón elegido tras contemplar diversas opciones.

A primera vista, sus cuestas, el calor que ha hecho estragos en otras ediciones, y la altitud de la capital, no son la mejor carta de presentación para la prueba, carente de atletas de renombre por estos motivos. Sin embargo, Madrid es mi casa este año, el sitio donde palparé el ambiente maratoniano en las calles desde meses antes, las calles por las que cada día camino y por las que espero correr y correr hacia mi segundo Maratón, esta vez con una exigencia mayor que en Valencia por ese desnivel que al parecer se acentúa especialmente en los últimos kilómetros, cuando el cuerpo va más castigado.

A mi favor juegan la experiencia de haber corrido ya esa distancia, la idea de mejorar los fallos preparatorios (más gimnasio, más kilómetros, más largas), y la motivación de contar con gente que a buen seguro me apoyará durante el recorrido.

Sevilla era imposible por su cercanía, Barcelona tenía a favor un circuito rápido y llano a nivel del mar, en contra, un mes menos para recuperar y preparar, el coste de traslado y alojamiento en Barcelona, y contar con menor apoyo. También en esas fechas había en el extranjero opciones interesantes como Rotterdam (gran circuito, muy rápido), pero para correr en el extranjero ya habrá tiempo.

Mi autoexigencia será similar a la de Valencia, bajar de 3 horas 30 minutos en un circuito más exigente, y concretamente lucharé por superar las 3h 29' 16'' en que completé la distancia de Filípides. Todo eso teniendo claro que llegar a meta ya supondrá una satisfacción plena. Queda por diseñar el plan y las carreras que antecederán la gran cita, si bien el comienzo 'oficial' de los entrenos será el lunes 30 de enero, antes estaré en algún 10 k y crosses del circuito universitario de Madrid.

Antes, mañana 30 de diciembre tomaré parte en la 1º San Silvestre Jerezana organizada por el Activa Club. 5 kilómetros que servirán para meter velocidad a las piernas, aportar a una causa solidaria, y despedir este 2011, record para mí en kilometraje con alrededor de 1.000 desde el mes de junio (antes no disponía de Garmin), entre runners y buena gente.

Al día siguiente, el 31, también se celebra otra San Silvestre organizada por varios clubs jerezanos, esta de carácter no competitivo, a la que posiblemente también acuda (si no acabo mal del partido de fútbol sala mañanero que tengo apalabrado para ese día).

Así pues, ganas e ilusión por este 2012 que esperemos sea, al margen de lo atlético, un año de recuperación y de empleo para nuestro país. Me tocó nacer en esa generación que acabó sus estudios empezando la crisis y el panorama entre los conocidos es desolador. Que el 2012 traiga más luces que sombras. Falta nos hace.

martes, 20 de diciembre de 2011

XXXI Trofeo Akiles

I'm a runner
El primer test tras el Maratón de Valencia llegó dos semanas después de haber cruzado la meta en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Sin duda, el recuerdo más dulce desde que empecé en esto de correr. Los tres días que siguieron a dicha prueba fueron de andares lentos, de bajar escaleras con cuidado entre bromas de mis compañeros de clase, en definitiva, de recordar las sensaciones que me acompañaron durante más de 42 kilómetros.

Pero no solo de recuerdos vive el hombre, y las molestias empezaron a desaparecer y el cuerpo a recuperar su estado original. El kilo y medio perdido durante el Maratón, que dejó la cifra de la báscula en 66 kilos, se recuperó con creces, y el ansia de volver a calzarme las zapatillas apareció en forma de un par de sesiones, una suave a ritmo tranquilo de algo más de 5' el kilómetro por el Retiro, y otra más animada en el parque Juan Carlos I con varios compañeros de clase que iban en bici, haciendo 10 k en 47 minutos corriendo a su lado.

Con ese escaso bagaje posmaratón llegué a la XXXI edición del Trofeo Akiles, una prueba que compaginaba las distancias de 5 y 10 k. A esta última categoría me lancé sin saber muy bien como respondería mi cuerpo a la exigencia. La Casa de Campo era el magnífico escenario donde se desarrollaba, y tras una organización caótica que hizo esperar a los 3.500 corredores allí congregados más de media hora de fila para recoger dorsal y chip, inicié el calentamiento y los estiramientos sin saber muy bien cual sería mi ritmo de carrera, teniendo como referencia que mis últimas pruebas habían estado en torno a los 40 minutos. En la salida, como viene pasando en algunas pruebas, se inicia con cientos de corredores situados delante del arco de salida, algo que me molesta especialmente. Pasan unos 20 segundos desde el pistoletazo de salida hasta que llego a la alfombra del chip, y esos primeros 500 metros se corre mal debido a la aglomeración.

Calentamiento previo
Por fin puedo coger ritmo cuando unas pocas subidas me dejan tocadete y me dicen que hoy no será el día que bata mi marca. Pese a los problemas iniciales y las cuestas, paso los primeros 5 k en 20:14, y es ahí cuando empezamos a bajar lo que habíamos subido, amplío la zancada y marco un par de kilómetros en algo más de 3:30. Me siento ligero y bajar me gusta. El maratón no me pasa factura. El paisaje de la Casa de Campo es espectacular. Pasamos el lago en el kilómetro 8 y veo que puedo dejar el crono en torno a 40 minutos. Hago un último esfuerzo y con un último kilómetro en 3:40 llego a meta en 39:50 con una segunda parte más rápida, de 19 minutos 36 segundos, debido fundamentalmente al mejor perfil. Recojo la bolsa del corredor, me coloco el chandal y pongo rumbo al metro pues el frío ya ha llegado a la capital madrileña. La clasificación me coloca en el puesto 174 de los más de 3 mil llegados a meta.

Visualizando la carrera
Acabo satisfecho, aunque al día siguiente noto unas molestias fruto de haber forzado un poco, lo cual me hizo replantearme mi participación en una de las carreras que mas me gustan: la Media Maratón de Los Palacios, a la que, con todo el dolor del mundo, al final no asistí por resguardarme, por el coste del viaje de ida y vuelta (aún me quedan unos días de clase antes de regresar al sur el día 22), y también debido a una cena que tuve con mis compañeros de clase que acabó, como podéis intuir, a altas horas de la madrugada. Me habría gustado saludar a todos esos blogueros que sí la corrieron, pero fue imposible dadas las circunstancias. Espero que estas navidades nos veamos en alguna San Silvestre o en algún entreno en Jerez o cercanías, al que me ofrezco a acompañaros.

¡Feliz Navidad!
Sin más, ya cerca de despedir este año 2011 que tantas nuevas vivencias y nueva gente me ha permitido conocer, me despido enviandoos un fuerte abrazo y mis mejores deseos para el año que entra, que para muchos será de estreno maratoniano, y para otros de seguir haciendo crecer esos impresionantes currículos deportivos, todo ello recordando que nada sería posible sin lo más importante. Salud.
Salud para todos.