jueves, 25 de septiembre de 2014

Road to Berlin: Llega la hora

Esta noche duermo en Berlín, y a pocos días de estar corriendo por las calles de la capital alemana, llega el momento de los nervios. Las últimas dudas sobre el ritmo de carrera más adecuado se mezclan con la ilusión y las ganas de empezar ya a darle a la zapatilla, de sumergirme en el ambiente de las más de 40 mil personas que buscarán completar los 42 kilómetros 195 metros. La distancia mítica. Filípides. 



He visualizado durante muchos entrenos cómo será la carrera, me he visto recogiendo el agua, tomando geles, pasando junto a grupos de música, viendo el reloj al paso por la media maratón y diciéndome qué bien voy, qué cómodo. Y sobre todo, me he visto cruzando la Puerta de Brandemburgo con los vellos de punta y solo 400 metros por delante. He visto todo eso sin estar allí, y lo he visto mientras las gotas de sudor me resbalaban por la frente a las 6 de la mañana en la húmeda Playa del Carmen mexicana. Mientras, impotente e incrédulo, sentía mi incapacidad para ir más rápido a 2.300 metros de altitud en México DF. Lo he visto corriendo junto a la playa en el parque natural de Los Toruños de El Puerto de Santa María (Cádiz) o sufriendo en las cuestas de la tapia de la madrileña Casa de Campo.

Con mis compañeros de la A.A. Moratalaz
Independientemente de que vaya bien o mal, de que rompa la barrera de 3 horas o no, (sin olvidar que lo primero es disfrutar) en carrera me acordaré de la gran ayuda de Gerardo, el padre de Liliana, preocupado porque no perdiera ningún entreno llevándome y acompañándome a zonas para correr pese a las grandes distancias de México DF. De mis compañeros de la A.A. Moratalaz, que me han dado estos últimos días todo su ánimo. De Patxi, Roberto, Piccola, Olga y otros amigos que igual que yo, estarán a esa hora corriendo en Berlín, pregúntandome cómo les estará yendo. Y por supuesto de Liliana, mi gran apoyo, que tiene que soportar mis neuras con los hidratos y todos los rituales que rodean al mundo de un corredor. 

Pase lo que pase, puedo decir que el camino hacia el maratón ha merecido muy mucho la pena. Y aunque ya he corrido esta distancia en Valencia 3 años atrás, es el primer maratón que he preparado de verdad, aun con el déficit de kilómetros (una media cercana a 70 semanales) que seguramente he metido en los entrenos. Los ritmos sin embargo, han sido buenos, el maratón me ha dejado más delgado, más ágil. Mi cuerpo ha memorizado ritmos y hoy ir por encima de 4.20 es ir lento, algo inconcebible para mí poco tiempo atrás.

Dejando a un lado las reflexiones previas, este mes de septiembre comenzó con la semana de más kilometraje que haya completado en mi corta vida deportiva, 83 kilómetros. No son muchos, pero las sensaciones me dicen que mi cuerpo no estaba preparado para mucho más dados los avisos que me había dado la tibia. Coincidió esa semana con la Media Maratón de Ciudad Real - Torralba de Calatraba, una sucesión de largas rectas por el arcen de la carretera en la que viví una carrera de dos partes, la primera, hasta el kilómetro 14, formando parte de un grupo de 8 unidades que me llevó en volandas pasando el km 10 en 37 minutos. Y la segunda, cuando el ritmo se acercó a 3.30/km, cuando me quedé en solitario enfrentándome a esas interminables rectas que he mencionado, donde mi ritmo decayó hasta entrar en meta en 1:19:12... contento hasta que me doy cuenta de que al circutio le faltan en torno a 500 metros, por lo que sigo manteniendo el 1.20.34 de Getafe como mejor marca. Más allá de eso, la prueba me sirvió para darme cuenta de que las Adidas Adizero Adios Boost me resultan demasiado agresivas para largas distancias, por lo que desecho la idea de correr con ellas en Berlín y opto por unas mixtas, las Adizero Tempo, con las que estoy muy familiarizado en los entrenos.

Con Javi y Juan Andrés, en la Madrid corre por Madrid
Septiembre fue también momento para el esperado reencuentro con los compañeros de club, la A.A. Moratalaz, y muchos de los rodajes de estas dos últimas semanas han sido allí, acompañado por Marco, Gándara, Dani de Lucio, Jesús, Antonio, Gabri, Álvaro... y tantos otros compañeros de calidad atlética y humana. El último entreno de calidad llegó corriendo la Madrid corre por Madrid este domingo (10 k en 38'56''), donde corrí sin exigirme al máximo y en la que nos llevamos la sorpresa de ganar el trofeo por equipos los miembros del Villalobos Running Team, equipo creado por el maratoniano internacional Pablo Villalobos. Esta última semana, como es lógico, he bajado el pistón, tres días de entreno, hidratarse, cargarse de hidratos y tratar de descansar lo mejor posible. Ya está todo hecho y ahora solo queda recoger lo cosechado. Gracias a todos los lectores de este blog (que actualizo menos de lo que me gustaría) por acompañarme en el camino. A mi vuelta os espera una crónica con todo lo vivido. 

Un sueño, un reto

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Agosto maratoniano: Road to Berlin semanas 5-8

Se acaba agosto y entramos en el mes clave. El mes en el que si todo va bien cruzaré la berlinesa Puerta de Brandenburgo casi tres horas después de haber empezado a correr. Agosto ha sido un mes intenso en el que he podido disfrutar mucho y por fin rodar a los ritmos que me gustan después de esas dos semanas en las que la falta de oxígeno propia de los 2.300 metros de altitud de México DF me pasaba factura en cada entreno.

En la Casa de Campo, el día de la 'quedada tapiera'
El mes empezó con una semana de 72 kilómetros que empezó en Madrid y acabó en Mallorca, donde pasé unos días de vacaciones en compañía de Liliana.

Tras la soledad de tantos entrenos en tierras aztecas, busqué la compañía de otros corredores asistiendo a una de las tradicionales tapias que se celebran cada jueves en Madrid. Allí, con muy buen ambiente y en una tarde calurosa, cayeron 4 kilómetros de calentamiento y otros cuatro cuesta abajo desde uno de los puntos más altos de la Casa de Campo, que me salieron a un ritmo de 3'19 llegando tercero en el 'pique' que mantuvimos algunos de los corredores. Aunque el recorrido tuvo 90 metros de desnivel favorable, me subió la moral cuando descubrí que entre los dos únicos que llegaron pocos metros delante mía estaba José Felix Ortiz, ganador, entre otras muchas pruebas, de la media maratón Tragamillas.

Si en ese entreno me sentí muy cómodo, todo lo contrario iba a suceder en los 10 k de la cursa Pla de Na Tesa, una prueba disputada en un pequeño pueblo de Mallorca. 400 corredores en línea de salida y el peor recorrido que haya hecho nunca, una vuelta de 1 kilómetro por asfalto y 4 vueltas de 2,2 kilómetros entre asfalto y un descampado pedregoso. El resultado, 38 minutos 58 segundos sudando más que nunca en las más de 100 carreras que he corrido a causa de la humedad, lo que unido a lo aburrido y molesto del circuito, me hiciera plantearme no acabarla, pero me pudo más el orgullo y pensando en entrenar la fortaleza mental, tan necesaria de cara al maratón, aguanté y entré en meta el 8º de mi categoría y 23 de la general, justo detrás de Mavi García, ganadora femenina y actual poseedora del record femenino de 10.000 metros de las Islas Baleares con un crono de algo más de 36 minutos. Esos tres minutos de más respecto a su marca personal son una muestra de la dureza de la carrera.

De la segunda semana del mes destacaría en el plano positivo un entreno de 15 kilómetros saliendo de Hortaleza, pasando el parque Juan Carlos I dirección sur, acabando a un ritmo medio de 3'57''. En el negativo, las molestias que a final de semana tuve en la tibia, que hicieron reaparecer viejos fantasmas de periostitis llevándome a perder un día y medio de entreno como medida de precaución, dejando la semana en 50 kilómetros.

Playa de El Ancla, Puerto de Santa María

Aparcado el dolor de momento, la tercera semana de agosto transcurre en mi tierra, Andalucía, y acaba con 74 kilómetros y dos de los mejores entrenos que haya hecho nunca. El primero de ellos fueron 23 kilómetros a 4'06'' saliendo de mi casa de El Ancla, en El Puerto de Santa María rumbo a la vecina playa de Valdelagrana donde se encuentra el parque natural de Los Toruños, un oasis de paz y naturaleza junto al mar donde es frecuente ver a corredores y amantes de la bici de montaña. Me pego un buen madrugón para evitar el calor y aún así la temperatura es alta, lo que hace todavía más agradable el chapuzón post-entreno. En esta preparación, al ser principalmente en solitario, corro casi siempre con música, algo que no había hecho hasta el momento y que ayuda psicológicamente a que todo pase más rápido. En la quietud del parque, mientras en mis auriculares suena música tan variada como la de Joaquín Sabina, Ivan Ferreiro, Andrés Calamaro o temas "más de correr" como las bandas sonoras de las películas Carros de Fuego y Rocky, siento un escalofrío cuando un corredor desconocido me saluda y, sorprendido, llego a tiempo de devolvérselo. Se trata de una costumbre que tristemente está casi extinguida, y que denota la camaradería entre corredores allá donde estemos.

Con mi primo Juan, gran corredor y médico, al acabar la prueba
Tras este rodaje, el segundo buen entreno de esa semana fueron 10 k en 38'14'', a una media de 3'49 el km. Nunca había corrido un 10 k tan rápido entrenando, pero me dejé llevar por las sensaciones y así salió. Con la confianza de estar entrenando bien, el domingo acudía de nuevo a una cita con el dorsal. Hay maratonianos que prefieren entrenar y evitar competir durante este periodo, en mi caso siento que hacerlo cada dos semanas me ayuda a sobrellevar mejor el plan y me da un punto extra de motivación. Así, acudí al Cross Playas de Sanlúcar, una prueba de 8 k que se corre íntegramente por la arena dura de la playa exceptuando los últimos 200 metros, en los que los organizadores nos metieron en esa 'agradable' superficie para correr que es la arena seca.

Con en torno a 200 corredores en la salida, mi objetivo es estar entre los 10 primeros. Disparo de salida y al paso del primer kilómetro cuento a los que llevo delante y veo que voy 7º. Correr por la arena resulta menos pesado de lo que me temía y las sensaciones son buenas, por lo que cuando giramos en el kilómetro 4 para volver por donde habíamos venido pero esta vez con el viento en contra, marcho 4º tirando de un grupo de cuatro corredores que persiguen al trío de cabeza. El viento es molesto así que pronto cedo el testigo y trato de resguardarme en el grupo. El tercero de la general corre solo y parece que podemos atraparlo, nos vamos acercando más y más pero nos faltan unos metros para alcanzarlo. Por detrás, ataco a 300 metros de meta, corro como puedo por la zona de arena seca, y llego 4º de la general y 2º de mi categoría (30-39 años). Salen 8 kilómetros a 3.43. Aquí podéis ver un breve vídeo de la prueba.



Vuelta a casa con acompañado de mi primo Juan (que terminó en un magnífico 12º en su categoría 40-49 años) comentando la prueba y hablando de esta afición común de correr que tanto da de sí. La última semana de agosto transcurrió entre El Puerto, donde volví a Los Toruños haciendo 20 k a 4'10, y Madrid, donde volví a buscar compañía para correr, esta vez del mayor foro de corredores de España, Forofos del Running, y tuve la suerte de conocer a Patxi y Roberto, que el día 28 estarán también en Berlín corriendo más juntos que nadie. Una enfermedad degenerativa privó a Roberto de la visión y Patxi es sus ojos mientras comparten zancadas. Con ellos tuve la suerte de pasar más de dos horas y 26 kilómetros por Casa de Campo y Madrid Río, y repetiremos encuentro en la Media Maratón Ciudad Real-Torralba de Calatrava de este domingo, último test serio antes del maratón.

Así se acaba este mes de agosto, con muchas vivencias y mucha ilusión por lo que está por venir. Berlín se acerca y a veces da vértigo.